15 Ene Málaga
Y COLORÍN, COLORADO
Gregorio Martínez TelloSe acabó el cuento y ahora no nos cuadran las cuentas. Fue duro despertar del sueño sin un beso en la boca y con los bolsillos vacíos. Ahora le preguntamos al espejito, espejito por qué en otros sitios son más altos y más fuertes si nuestro jeque azul era el más guapo y le pusimos hasta rotondas. No quisimos ver que en realidad estaba desnudo y que la casa que nos construyó no era de sólida piedra sino de barro y paja. Quien nos espera fuera ahora es el lobo, con cara de pocos amigos y muchas ganas de soplar fuerte. ¿No habrá nadie que con valentía y astucia se enfrente al osado “Dragón de Tebas”? ¿ninguna “Bestia” económica de corazón grande nos va a sacar a bailar?
Lo que tiene el mundo de los cuentos es que a veces los príncipes salen rana y hay madrastras por todas partes. Lo que tiene el mundo de los sueños es que más tarde o más temprano suena el despertador y hay que ponerse el mono para ir a trabajar. En esas estamos, de resaca, con dolor de cabeza y buscando la salida al laberinto. Habrá que aceptar que nuestro cuento ha sido más de miedo que de hadas pero, por favor, que no se convierta en el cuento de nunca acabar. Que haya un final, aunque sea inverosímil. Que la gente a la que le gusta vivir del cuento salga corriendo antes de las doce y vuelva a su casa con los pies apretados. Ali Babá los estará esperando.
Moraleja: huyamos de las casas de chocolate. Hay brujas dentro.
