14 Ene Málaga
El Málaga vence a la Ponferradina (1-0) gracias a un tempranero gol de Antoñín el día que La Rosaleda clama contra el presidente catarí
José Criado
Seamos sinceros: hay días que poco importa el cómo y el porqué. Y este martes de enero ha sido uno de ellos. El Málaga necesitaba ganar. Lo sigue necesitando para salir de la zona de abajo, para que Pellicer empiece con buen pie su andadura o para demostrar que tiene más de lo que marca la clasificación. Pero sobre todo para buscar una paz social que está lejos de alcanzarse lejos del verde y que amenaza con llevarse por delante todo lo que lleve los colores blanco y azules y rezume a malaguismo. Este martes, sin importar si fue con goleada o en el último suspiro, el Málaga al fin ganó.
Los tres puntos son vitamina para la tropa. Y disociar el fútbol puro de todo lo que le rodea es el mejor remedio para seguir soñando con sobrevivir, la mejor receta para sonreír al menos con la boca chica. El Málaga, sus jugadores, se agarraron a ello. Creyeron en la victoria como medida de protesta. Una especie de huelga a la japonesa por todo lo que les sobrevuela y hasta les salpica. Un triunfo para escapar del 'caso Víctor' y su destitución, del ridículo del Málaga como institución estos días, de la comparecencia estrambótica de Shaheen o de los líos judiciales que amenazan a su presidente.
La afición habló en la grada fuerte y claro, pero el equipo lo hizo sobre el césped dando un paso al frente. Todo venía salpicado por una previa turbia y tenebrosa. Pero Pellicer encontró la luz en sus jugadores. Mostró cositas el técnico valenciano, con cambios tácticos y algo de pizarra. Incluso haciendo debutar a Buenacasa en las postrimerías. Aún así, la realidad es que este equipo aún está lejos de su posible mejor versión. Mereció ganar por la mínima. Pero acabó pidiendo la hora y rezando para que no fuera un Lugo 2.0.
Por suerte, el partido no pudo comenzar mejor. Un pase a Sadiku, una buena descarga del albanés a Juanpi, disparó del venezolano que da en un rival y el palmillero Antoñín, el más listo, que remata con acrobacia para poner el primero en el marcador. Era el minuto 2 y aunque era imposible ver mucho más allá que las alineaciones en la mano de Pellicer, el Málaga ya ganaba.
Lo cierto es que con el paso de los minutos, la mano del técnico malaguista se estaba haciendo notar. Con pequeñas cositas, porque no ha habido tiempo para más, pero al menos un “algo”. Defensa más adelantada -rozando el centro del campo por momentos-; presión alta; un 4-3-3 con los extremos bien abiertos y libertad para Juanpi y Pacheco en la sala de máquinas. Es un comienzo, pero toda historia siempre tiene uno.
Con viento a favor todo es más fácil. El Málaga, entonces, se limitó a controlar el partido, a dominar cada una de sus facetas. Desde el marcador hasta la posesión. No pasaba apuros, aunque tampoco los generaba. La Ponferradina no había aterrizado aún en La Rosaleda y la tormenta que se proyectaba en la previa por todos los acontecimientos extradeportivos había quedado minimizada.
A falta de claridad de ideas para atacar, la pizarra comenzó a sacar lustre. Pacheco lo intentó de falta directa desde un costado del área (19'), aunque se fue al lateral de la red su disparo. Diez minutos después llegó el primer y único disparo visitante en la primera mitad, pero fue manso a las manos de Munir. Y Juankar la estrelló en el larguero en un córner con sello de laboratorio tras quedarse solo en el segundo palo y enganchar una volea (37').
Poco después ya estaban todos lo que eran. Es decir, que la Grada de Animación entró al estadio. Su presencia se hace notar para bien ya que es el pulmón de La Rosaleda, pero curiosamente el Málaga supo manejar esa orfandad pasajera con buen acierto.
La segunda parte comenzó con cambio. No de jugadores pero sí de sistema. Pellicer decidió pasar al 4-4-2, refugiarse un poco más en el centro del campo y buscar la contra rápida. El resultado fue tal, porque el Málaga comenzó a perder el dominio y a buscar más acciones rápidas en su salida que combinaciones en su ataque.
Pero la 'Ponfe' no está para florituras. Le cuesta un mundo atacar y el Málaga pudo jugar con el reloj y con el marcador. Ríos Reina puso a prueba a Munir desde lejos (62'). Y Renato respondió en una contra rápida abusando de su individualismo (66'). Nacho Gil, un minuto después, lo intentó con escorzo que se fue por encima de la meta malaguista.
Y llegó el carrusel de cambios. Entró Benkhemassa por Juanpi y Keko por Renato. El Málaga se metía cada vez más atrás, aunque sin pasar apuros. Pero el miedo al empate comenzaba a rondar por la cabeza de quien más y quien menos.
El partido entró entonces en la zona crítica con un aroma sospechosamente parecido al del día del Lugo. Un 2.0 de manual, solo que esta vez la fortuna parecía estar de cara. La Ponferradina apretó, merodeó el área de Munir con centros laterales y buscó faltas en la frontal. De hecho, Asier Benito la tuvo en la prolongación, pero su disparo -casi en el punto de penalti y libre de marca- se fue centrado a las manos de Munir (92').
El Málaga no había aprendido la lección de aquel empate con los gallegos en el 102', pero al menos esta vez tuvo la suerte de cara. Un triunfo vital que aleja al conjunto blanquiazul a cuatro puntos del descenso y mantiene la racha de siete jornadas sin perder.
FICHA TÉCNICA:
+ MÁLAGA CF: Munir, Cifu, Luis Hernández, Juande, Juankar; Luis Muñoz, Pacheco, Juanpi (Benkhemassa, 67'); Renato (Keko, 77'), Sadiku (Buenacasa, 90') y Antoñín.
+ SD PONFERRADINA: Gazzaniga; Son, Russo, Trigueros, Manzanara, Ríos Reina; Larrea (Isi, 46'), Saúl Crespo (Asier Benito, 73'); P. Valcarce (L. Valcarce, 73'), Nacho Gil y Yuri.
+ GOLES: 1-0 (2'): Antoñín.
+ ÁRBITRO: Daniel Jesús Trujillo Suárez (Colegio Tinerfeño). VAR: Álvaro Moreno Aragón. Mostró cartulina amarilla a Larrea (18'), Renato (22'), Trigueros (49'), Juanpi (64'), Munir (76'), Pacheco (82'), Nacho Gil (84'),
+ INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 23 de la Liga SmartBank. La Rosaleda, ante 12.203 espectadores. Encuentro marcado por las notables protestas hacia la familia Al-Thani por su gestión. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de José González Torres, exdelegado del Málaga CF.