La realidad engulle al Málaga CF (0-1)

Segunda derrota del conjunto blanquiazul, mermado por las bajas, ante una UD Almería que venció por la mínima sin demostrar su teórico poderío

José Criado
Fotos: LaLiga

El Málaga ha llegado tarde a su propio presente. Lo viene haciendo desde hace mucho, pero ahora la realidad le está engullendo sin pausa pero también sin prisa. Es imposible que el balón ruede con naturalidad en este Málaga, el de las trabas incomprensibles, el de las medias verdades o el de las comunicaciones inexistentes. Parece inexplicable que compita. Pero este equipo lucha, brega y pelea. Vende cara su piel e intenta rebelarse contra las adversidades. El resultado es contradictorio, con la segunda derrota de la temporada ante el Almería (0-1) y con la primera en casa. Pero no por ello debe desfallecer. No por ello su pelea es menos honrosa.

Aún así, debe el Málaga acostumbrarse a luchar contra los elementos. Tiene que encajar con entereza que el viento le sople en contra, que se le rompa el mástil o que su tripulación mengue en cada puerto. Será el pan nuestro de cada día jornada sí y jornada también, el encabezado en cada página del cuaderno de bitácora blanquiazul de esta tortuosa temporada que promete ser la Segunda División. Pero no debe desfallecer nunca. No debe salir nunca derrotado, como quizás lo hizo de inicio ante el Almería este sábado superado por las adversidades. Y tampoco puede sacar la bandera blanca de rendición.

El equipo agoniza, sufre y compite con los pocos mimbres con los que dispone. Cayó porque posiblemente el equipo almeriense es mejor equipo, pero no mucho mejor como los más de 20 millones de euros de inversión rojiblanca este verano lo presuponía. El conjunto de Víctor Sánchez del Amo vendió cara su piel. Se repuso a una primera parte tensa y deslucida para intentar remediar sus errores en una segunda intensa aunque imprecisa.

Hoy el Málaga es todo corazón y pundonor. Posiblemente a eso pocos equipos le ganen este curso en la categoría. Pero el fútbol habla y cada jornada va a continuar dejando a la luz las piezas que faltan en el engranaje, las que se han quedado en el cajón de operaciones sin hacer. Este sábado, en un equipo ya de por sí mermado por un verano convulso y una planificación vergonzante donde sólo ha dejado 17 fichas profesionales, Víctor no pudo contar con cuatro internacionales malaguistas, además de las bajas de última hora de Benkhemassa y Lorenzo al no llegar el tránsfer internacional de cada uno de ellos. Demasiado hándicap como para ser competitivo con seis bajas importantes.

Decía Víctor en la previa que al menos ya sabe a qué atenerse, que ya tiene todas las piezas del puzzle blanquiazul. El escenario, sin embargo, no es alentador. Este Málaga competirá por la permanencia. La luchará con uñas y dientes. Y mientras antes se consiga, menos nervios deberá haber en el ambiente. Esto es lo que hay y el que sueñe con delirios de grandeza, sufrirá aún más.

En el verde, el Málaga fue de menos a más, pero la sensación es que no le dio ni para hacer cosquillas al férreo Almería. Los rojiblancos tienen empaque de equipo serio, también presupuesto, pero han ganado en La Rosaleda sin alardes. No está claro si es por mérito malaguista, que evidentemente algo de culpa tiene, o demérito almeriense.

Arrancó el partido con un Málaga con un ojo en el verde y otro fuera del estadio, donde las críticas y las manifestaciones en contra del presidente Al-Thani se hicieron más latentes que nunca. Y también llegaron al campo, en la grada. Quizás el ambiente que rodeaba el partido, esta vez sí, le influyó sobremanera. Salió el conjunto local impreciso y demasiado largo. Con poca o nula creación y destrucción en el centro con la pareja Boulahroud-Rolón. Y con cierto nerviosismo atrás.

El primer susto lo dio Sekou, con un taconazo que pareció una frivolité del atacante cuando lo tenía todo para marcar. Acto seguido, al minuto después, Adrián falló una clara frente a frente en la meta rival. Un buen centro de Ranato y mal remate del capitán. No perdonó sin embargo el delantero rojiblanco en la siguiente. Una acción rápida y de calidad provocó que Sekou, tras un par de avisos anteriores, acabase metiendo el primero (8'). Fue una jugada de escuadra y cartabón que tuvo que entrar el VAR a actuar, pero volvió a salir cruz para el Málaga CF.

Tardó el Málaga en tomarle el aire al partido tras el gol. Lo acusó demasiado. Y la primera respuesta tardó en llegar. Fue por parte de Sadiku, que se estrenaba, con un cabezazo desviado. Y cerró la primera mitad el atacante albanés con un tiro lejano que a punto estuvo de sorprender al meta rival tras tocar en un zaguero.

Víctor movió el árbol en el descanso. Dio entrada a Hugo y Pacheco y cambió el sistema. Y el Málaga comenzó a ser el Málaga, con sus virtudes y sus defectos. El equipo subió un punto su intensidad y su entrega. Comenzó a merodear la meta rival, pero la falta de gol sigue estando latente. Un cabezazo alto de Diego González (49'), un buen tiro de Adrián en la frontal (54') o un cabezazo de Lombán en un córner que atajó bien abajo Fernando (67') o una volea interruptus de Pacheco fueron las balas de fogueo del navío blanquiazul.

Controló el partido atrás la zaga malaguista, sin apuros para el debutante Kellyan. Pero no le dio para voltear el marcador y tampoco para crear excesivos apuros al rival. Quién sabe, quizás ésta no sea la guerra del Málaga, pero al menos ya se sabe cuál va a ser su campo de batalla. Eso siempre y cuando el fuego “amigo” no lo mate.

FICHA TÉCNICA:

 MÁLAGA CF: Kellyan, Cifu (Keko, 70'), Luis Hernández, Lombán, Diego González, Boulahroud, Rolón (Pacheco, 46'), Renato (Hugo, 46'), Juankar, Adrián y Sadiku.

UD ALMERÍA: Fernando, Romera, Owona, Maras, Martos, Aguza (Coric, 85'), De la Hoz, Corpas (Vada, 74'), Panadero, Chema (Petrovic, 62') y Sekou.

GOLES: 0-1 (9'): Sekou.

ÁRBITRO: Ávalos Barrera (comité catalán). VAR: Trujillo Suárez. Mostró amarilla a Rolón (19'), Aguza (20'), Fernando (51'), Vada (74'), Boulahroud (82'), Petrovic (90'), Juankar (91'), Adrián (94')

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